Anoche vimos en la Filmoteca Mishima, a life in four chapters, de Paul Schrader. Producida por Coppola y Lucas. Era a última hora del domingo y no apetecía salir mucho. Pero Ikuko no tiene demasiadas ocasiones de ver cine japonés...En mi caso se juntaban el interés por Mishima y también por Schrader. Un tipo que antes de ser guionista, sobre todo con Scorsese, y director; hizo una tesis doctoral sobre el cine llamado transcendental (Ozu, Bresson, Dreyer).
Cuando volvimos a casa, cogí el diccionario de cine de Carlos Aguilar, a ver que decía del filme. Leí en voz alta:
"Uno de los mayores fracasos del cine de los años 80, que aborda de forma tan simplista como equívoca la figura del escritor Yukio Mishima, y cuyo metraje sufrió sucesivas reducciones. Los eruditos en materia cinematográfica, eso sí, pueden anotar las referencias que aquí existen respecto a previos trabajos de sus artífices, desde los productores Lucas y Coppola, hasta el músico Philip Glass o el propio director Schrader."
Ikukito se rió mucho por lo de simplista. Ningún otro adjetivo le habria podido producir mayor asombro: "¿Cuántos sentidos le faltan a ese señor?" Me parece que precisamente le han sobrado al menos dos: escribir de oídas o de leídas, porque tal vez en su defensa se pueda alegar que Carlos Aguilar no la vió. A fin de cuentas su magna obra es recopilatoria, instrumental, siguiendo el ejemplo de otras más pioneras del mundo editorial anglosajón.
Aunque, mañana, comentaremos esto y algo más, pues ha empezado precisamente un film en la dos: Los tres entierros de Melquiades...con otro aún mejor guionista, Guillermo Arriaga y quiero echarle relajadamente un buen vistazo.
Mishima forma parte, como las canciones punk de mi adolescencia, junto a Bukoski y Cortázar.
ResponderEliminarVi la película hace mucho tiempo y creo recordarla como buena, o por encima de la media del momento.
Ahora mismo estoy leyendo Kafka en la orilla de Mukarami, y en cuanto lo termine volveré a leer algo de Mishima que dejé pendiente en su día, para ver que me sugiere la comparación de un autor japonés de hace treinta años con uno actual.
Saludos