Volviendo al día de San Emeterio, debe de ser patrón de Santander y de mi diócesis. A la que sigo perteneciendo, pues ni a hostias me excomulgan: más bien, todo lo contrario.
Santander evidentemente (o no) proviene del “Sant Meder” del verso del arcipreste que nos daba título ayer. Hasta la bella ciudad portuaria llegaron los restos de los soldados romanos Celedonio y Emeterio, mártires de Calagurris. Calahorra es sede episcopal desde el siglo V, al menos que se sepa. Luego, con la invasión mora se desplazó al norte. Y mientras Nájera fue capital de Navarra se mantuvo al lado de sus reyes. Con el tiempo volvió a Calahorra y Santo Domingo de la Calzada alcanzó igual rango. La foto con que cerraba ayer el blog corresponde a la portada de su catedral y a su mártir patrono. No era casualidad, por tanto, la proximidad. Como estoy seguro de que todo esto os apasiona, podéis seguir la lectura aquí:
http://www.iglesiaenlarioja.org/historia/.
A mí lo que ya me entusiasma es descubrir que mi arcipreste no es del Hita (salvo por personal devoción) sino el del Tirón. El nombre del arciprestazgo se presta (algo) al equívoco. Pero es de lo más natural. Se refiere al río o valle Tirón, afluente del Ebro. La Rioja tiene 7 valles sin contar curiosamente el más grande que desde Miranda hasta Tudela la atraviesa. Cada valle tiene un arcipreste. Los otros son de norte a sur: el Oja, el Najerilla, el Iregua, el Leza, el Cidacos y el Alhama. Más el Ebro y 3 de la capital suman once.
Me detengo en estas geografías porque muestran como el poder paralelo de la Iglesia ha tejido su mapa pasando de los límites mundanos de provincias y reynos.
Santander evidentemente (o no) proviene del “Sant Meder” del verso del arcipreste que nos daba título ayer. Hasta la bella ciudad portuaria llegaron los restos de los soldados romanos Celedonio y Emeterio, mártires de Calagurris. Calahorra es sede episcopal desde el siglo V, al menos que se sepa. Luego, con la invasión mora se desplazó al norte. Y mientras Nájera fue capital de Navarra se mantuvo al lado de sus reyes. Con el tiempo volvió a Calahorra y Santo Domingo de la Calzada alcanzó igual rango. La foto con que cerraba ayer el blog corresponde a la portada de su catedral y a su mártir patrono. No era casualidad, por tanto, la proximidad. Como estoy seguro de que todo esto os apasiona, podéis seguir la lectura aquí:
http://www.iglesiaenlarioja.org/historia/.
A mí lo que ya me entusiasma es descubrir que mi arcipreste no es del Hita (salvo por personal devoción) sino el del Tirón. El nombre del arciprestazgo se presta (algo) al equívoco. Pero es de lo más natural. Se refiere al río o valle Tirón, afluente del Ebro. La Rioja tiene 7 valles sin contar curiosamente el más grande que desde Miranda hasta Tudela la atraviesa. Cada valle tiene un arcipreste. Los otros son de norte a sur: el Oja, el Najerilla, el Iregua, el Leza, el Cidacos y el Alhama. Más el Ebro y 3 de la capital suman once.
Me detengo en estas geografías porque muestran como el poder paralelo de la Iglesia ha tejido su mapa pasando de los límites mundanos de provincias y reynos.
El valle y río del Tirón nacen en Burgos, aunque ciertamente trazar la divisoria provincial es tan absurdo como inescrutable. La suave depresión hasta llegar a Haro no conoce obstáculo en su curso. Hasta hace poco, pues, este arciprestazgo o la diócesis, en general, no se ceñían a lo que es hoy la Rioja, ni siquiera a lo que era la provincia de Logroño. Comprendía parte de la llamada Riojilla burgalesa hasta los montes de Oca y de la Bureba.
Tampoco debe colegirse que los obispos respetaban los entornos comunes de sus gentes y no los troceaban a su conveniencia. Ni qué decir tiene que el guirigay resultante responde a la defensa de sus respectivos privilegios. Verbigratia: es famoso el Tribunal del santo Oficio de Logroño, cuya jurisdicción comprendía toda Euskal Herria. La película Akelarre de Pedro Olea transcurre en las cuevas de Urdax y Zurragamurdi en la misma muga con Francia.
Hasta el siglo XIX Vitoria pertenecía en asuntos eclesiásticos a Calahorra. Bilbao y San Sebastián también; y se independizaron de la primera hace apenas 50 años. Sólo, a partir de entonces, como ya hemos visto antes con el caso de mi arciprestazgo, se van acercando ambas jurisdicciones, la civil y la religiosa.
El caso de Navarra muestra aún más toda la complejidad. En su reino medieval coexistían 6 diócesis:
El obispo de Pamplona controlaba gran parte del territorio navarro y extendía su
jurisdicción a territorios castellanos (Guipúzcoa) y aragoneses (Valdonsella). A
su vez, territorios de la periferia navarra estaban adscritos a obispos
aragoneses (Zaragoza y Tarazona), castellanos (Calahorra) y franceses (Bayona y
Dax).¡En fin, la rehostia! No les mareo más queridos lectores.
Blas te veo escribiendo un libro de rutas histórico-musicales-vinateras, ya que la novela histórica no te pone demasiado, que si te animas te veo en la estela de Toti Martínez de Lecea.
ResponderEliminarPor cierto que si lo de Mayalde no es muy lejos ni muy tarde, podríamos ir para que Oto y Martina aprendan lo que es saber estar sobre las tablas y encandilar a pequeños y grandes con poco más que su voz, sus manos, una mesa y herramientas caseras. Yo sé que Oto preferiría escuchar San Cucufato en directo a don Javier o el Himno de Lavapiés de Jose María Alfaya y su taller de reinsertables, pero me temo que no le dejen pasar al galileo tan tarde.