
Como no tendrá nada para leer estos días al bueno de Pascual le he mandado mis vivencias de esas fechas. Las publiqué, pero como pasaba con el post de ayer están desapareciditas que diría el gran Mihura. Estas menos porque algún rastro queda. Para mi, que otra vez la censura, y es que de Rio no se puede contar todo. Las recupero también para ustedes.
Siete días de enero en Río de Janeiro. (“Un artículo en marcha”)
MULATO BAMBA
Esse mulato forte/ é do Salgueiro/ passear no tintureiro/ era o seu esporte.
Já nasceu com sorte/ e desde pirralho/ vive à custa do baralho/nunca viu trabalho/ e quando tira samba/ é navidade, quer no morro o una cidade/ ele sempre foi bamba./ As morenas do lugar/ vivem a se lamentar/ por saber que ele nâo quer/se apaixonar por mulher.
O mulato é de fato/e sabe fazer frente/ a qualquer valente,/ mas nâo quer saber de fita/ nem com mulher bonita./ Sei que ele anda agora aborrecido/ porque vive perseguido/ sempre e a toda hora/ ele vai-se embora/ para se livrar/ do feitiço e do azar/ das morenas de lá.
Eu sei que o morro inteiro/vai sentir/quando o mulato partir/ dando adeus para o Salgueiro./ As morenas vâo chorar/ e pedir pra ele voltar./ E ele entâo diz com desdém: “quem tudo quer…nada tem”.
(Samba de Noel Rosa, 1932. Del CD “Memorável samba” de Marcos Sacramento, 2003.)
No suelo dar cuenta de mis viajes, y menos literaria o escrita. Ni siquiera soy de esa mayoría a la que le falta tiempo para contarlos a sus amistades a través de encerronas caseras vía ordenador, diapositivas, etc. Y mira que con las actuales tecnologías ya no hay que esperar a la vuelta a casa para hacerlo. Remedando uno de esos clásicos spots publicitarios sobre limpieza, diría que “con el portátil e Internet el esperar se va a acabar”. En León, en medio del camino de Santiago, aunque dentro del oasis nocturno de su barrio húmedo, pude ser testigo de cómo un guiri peregrino mostraba al resto -¡llevaba en su mochila un ordenador!- las fotos de las jornadas precedentes.
Por mi falta de costumbre en este género, he pedido ayuda a Isaac Rosa[1], quien muy prestamente me ha sugerido:
-Haz como yo, vale, no una ‘novela en marcha’, pero sí al menos un ‘artículo en marcha’.
-Isaac, ya es tarde, la marcha o la samba que tampoco hubo mucha ya pasó. Va para 2 meses que regresé a Madrid.
- Qué bruto eres, amigo Blas, una novela en marcha es una forma, un recurso para escribirla, no para andar, vamos que no se escribe en tienda de campaña ni de boy-scout.
- O sea, que todavía puedo escribir el artículo….
Así que en esas estoy. Según me explicó, seguro que agoté su paciencia, sería usando el lenguaje posmoderno, un metaartículo. Me dijo, tomas un modelo de otros blogs donde cuentas, precisamente eso, sus últimos viajecitos, y vas analizando que es lo que cuenta mientras tú mismo vas dejando unas gotas de pintoresquismo, si es lo que procede, o de crítica social, política, arquitectónica o lo que se te ocurra, si es que estás inspirado. Mira Isaac, de estar inspirado haría un metasoneto, que es lo que ya hace bastante tiempo hizo Lope a Violante precisamente para explicarle, como bien sabes, lo que es un soneto. “Bueno, no te preocupes –con alivio concluyó-. Hacer un artículo es mucho más fácil”.
- No hay ningún río en Río. Eso lo debieron creer los conquistadores, pero como ves esto es una hermosa bahía. Y te diré su nombre completo: San Sebastián de Río de Janeiro. Mañana es 20 de enero (¡janeiro!, dices -exclamé interrumpiéndole-), es el día de su fundación y el día del santo que le da nombre, ¿lo entiendes?
-Nem que a confusâo do nome inteiro. (Sí, a pesar de que su nombre entero todavía lo lía más. Me traduzco un tanto libremente como veis).
Deconstruido el nombre debo entrar en materia o tal vez dar por finalizado el artículo que visto que ya pasa de las 1000 palabras sería lo más prudente. Pero, os quiero tanto, que no os puedo dejar cual coitus interruptus.
“Rádio Táxi Transcoopass, ÉTICA NOS NEGÓCIOS. Autoridades, Empresarios o Público em geral. Todos devemos nos empenhar, num esforço conjunto, no combate a toda espécie de PIRATARIA. O prejuízo é de todos”.
Además, he de añadir, que a mí ya ese nombre de Transcopas –lo transcribo en versión
Ahora bien, ¿he de contar lo que en esas horas de llegada estaba sucediendo en la ciudad o esperar al día siguiente por la mañana en que me enteraba leyendo O Globo mientras esperaba a que me recogieran? Como en esa primera noche sabréis excusarme que no cuente nada más, pues nada de especial pasó que no pudiera haber ocurrido en cualquier otra parte, daré cuenta de la violencia del día anterior. Ya tenía noticias de que se estaban dando enfrentamientos abiertos entre el ejército y las mafias de las favelas, pero esa pasada noche en el morro da Mangueira el pánico para los desafortunados transeúntes fue mucho mayor porque el fuego cruzado era más propio de una batalla convencional. Escribo ya de memoria, dado que no tuve la precaución –“en marcha”- de guardar los periódicos, que por otra parte no era míos. Os contaré lo que recuerdo por si sirve. La Policía Militar había aprehendido por esas fechas unos 2.500 kgs. de maconha -marihuana- valorada en un millón de réais (500.000 $ US). Coincidió con la salida de prisión de uno de los capos de Mangueira no dispuesto a quedarse con los brazos cruzados. La PM tuvo la certeza de que se estaban aprovisionando de toda clase de armamento militar, incluidos carros de combate, para dar a conocer su respuesta. La interceptación de parte de ese material adelantó los acontecimientos. Creo recordar que en el 2006 murieron en Río unas 5.000 personas a causa de esta guerra no oficial.

Al desayuno de la siguiente jornada le esperaban las truculentas noticias del nuevo día. Por fortuna, separaba una cosa de la otra. Porque aún no he dicho nada de los maravillosos brazilian breakfasts. ¿Y querida relatores de otros blogs, verdad que procede cuando menos un breve comentario? Yo que en otros sitios me abstengo forzosamente de practicarlo, aquí me desquité con ganas. Zumo o sucos de todos los colores y variedades, con frutas (que no llamaré exóticas para no ser tildado de etnocentrista y otras sutilezas) algunas que no había jamás probado. ¿Cuánto valdría este mismo desayuno en Paris o Tokio?[2]
Me toca pasar al plato fuerte de la portada del matutino O Globo: la ex – miss Brasil –recuerdo su apellido Schuster, por su marido, un empresario amigo de Pelé- fue asaltada cuando se dirigía a un garito de la Fashion Rio (sí, muchas cosas en Río: también semana de la moda). Le cortaron el tirante del bolso y los tendones de la mano con que lo sujetaba. Es posible que haya perdido sensibilidad.
Y como para tu bien y el mío, querido lector, no debo extenderme mucho más, me acercaré al fin de semana sin moverme de la zona. Preparando el carnaval los blocos de samba se multiplicaban por locales de todos los gustos. Qué decir tiene que la elección no partió de mí, por lo que excepcionalmente os ofrezco un consejo (aparte de los publicitarios). No vayáis nunca a Río ni a ninguna parte con eruditos y eruditas de la Universidad de Sâo Paulo, la más anti
Las aceras del barrio de Lapa que está viendo la recuperación de viejos edificios, pintados de azul, violeta y otros tantos colores, se llenan también de mujeres sin apenas nada encima. La noche y su desnudez resaltan el libre mercado de la carne. En este punto cuál debe ser la postura de este curioso observador: abogar por la prohibición de su decadente espectáculo, punir su voyeurismo, quién sabe si antesala de una culpable participación en el tinglado. Tinglado tan viejo como dice el tópico, como tan lejos de solucionarse, si es que admite tal posibilidad visto lo dispar de actitudes públicas y privadas, de los gobiernos y especialmente de quienes predican lo contrario de lo que hacen: como es de flagrante actualidad, los periódicos tan serios son los primeros en hacer caja. Por otra parte, habría que preguntar a todas ellas, ¿no os parece?
La mañana siguiente por fin sale de playa: puedo nadar, aunque lo hago en las aguas sucias de Flamengo, (al día siguiente iré a Ipanema, pero las gigantes olas no están para bromas). Al poco, la arena es ocupada por las escolinhas de futebol del club más popular. El rojo y el negro sólo se ven alterados por petos verdes para dividir los equipos ya dispuestos para jugar. Apunto aquí también que visité el estadio de Maracanâ, el mismo que en su año inaugural de 1950 dio cabida a la torcida: 200.000 gargantas enmudecidas (¿está bien empleada, por una vez, la manida sinécdoque, verdad?) por la derrota en la final frente a Uruguay.
Pero me había quedado con torpe delectación contemplando los cuerpos femeninos que pasan por la playa mientras mi concienciada anfitriona insiste en el problema creciente de la prostitución[3]: ¿qué futuro tienen esos cuerpos en Río? No respondo, pues me hallaba en la fase previa de observación del problema. Antes de la ética, demos un repaso a la estética. Me sorprende, por ejemplo, la exuberancia sin complejos de que hace bandeira la mulher brasileira. Su pasear y contoneos tan naturales, ¿y si naturales, podría decir excesivos? Dónde están esas jóvenes anoréxicas enfermas de sus cuerpos, única arma de que disponen para competir.
¡Ay! ¿A estas alturas de mi indiscreción cabe ya una retirada? ¿Habré mezclado mal las ligeras notas de un diario personal con las oportunas reflexiones que debieran producirme? Más teniendo en cuenta que mi irresponsabilidad me lleva a publicarlas.
Con todo lo que llevas (2.500 me señala una simpática ventanita) y no has dicho nada de esa “crítica social, política, arquitectónica o lo que se te ocurra” me recuerda Isaac. ¿De qué te sirven mis admoniciones? Por cierto, Isaac, ¿admonición es consejo o amonestación?
No creo que deba excederme más, el benevolente lector seguro que no me lo pide. En todo caso, ¡al contrario!¿O he de analizar la cumbre de MERCOSUR, ya que como señalaba al principio, coincidió con mi estancia? ¿O el paquete de medidas para relanzar la economía que Lula presentó poco después? Hubiera bastado el pertinente artículo de opinión.
Una última aclaración: la samba del exordio se la dedico a un taxista. De creerle, los brasileños son como el mulato bamba de la canción: más amigos del baralho y de pavonearse por las playas que del trabalho. En la carrera que me sirvió y yo le pagué hizo un alegato de la pena de muerte que no reproduzco. Ya de por sí no valen mucho algunas vidas en Río.
¡Ja¡ Porque será que me recuerda a muchos taxistas de Madrid.
-P.S.: No habrán podido llamarse a engaño quienes esperasen algo sobre el carnaval: ¡fue en febrero y el título al menos en eso es claro, “siete días de enero….”
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Notas:
[1] Aficionado últimamente a los viajes transoceánicos, aproveché en las horas de vuelo para leer su magnífica novela “El vano ayer”.
[2] Otro momento de publicidad: “BIG BI, Sucos & Sanduíches, rua do Catete, 202”. A falta de chinos o pizzerias italianas en Río en en estos humildes puestos puedes encontrar
[3] Se hace eco la prensa carioca de un reportaje del londinense The Guardian: el número de soldados (norte)americanos en Río se ha cuadruplicado desde el inicio de la guerra de Irak. El ejército (norte)americano –sigo citando la misma información- creó en el 2004 un programa que permite una escapada de las tropas de las áreas de conflicto a regiones turísticas por 15 días, con el transporte pagado. The Guardian cita a una de las empresas responsables de este nuevo flujo de visitantes: Tours Gone Wild, con sede en Miami. En la foto que publican puede verse el site de la agencia reproduciendo imágenes de garotas em boates, “brazil girl hotties” en clubes nocturnos.
[4] Lo más que me acerqué fue desde un hermoso tranvía (los chavales subidos a los topes) que salía desde la parte más vieja de Glória, frente a la sede de la poderosa Petrobras, al lado de uno de esos buffet libres de a kilo. El recorrido, aún sin entrar en ellas, por su belleza no tiene pérdida.