domingo, 15 de febrero de 2009

San Valentín en Navalagamella



Ayer, comencé bien el dichoso día de San Valentín. Como cualquier otro sábado me preparé un zumo previendo la contingencia de que mi media naranja se adhiriera a mi propuesta. Mango, plátano y como precisamente de naranjas andaba a medias, abrí el frigorífico para añadirle un poco de leche. Cuando me disponía a verterla en mi vaso, una vez había llenado el suyo, caí en la cuenta de que era tetrabrick de vino blanco. Ardo Zuria de Eroski. ¡No pasa nada, resultó todo un hallazgo! A Ikuko le encantó. Hoy se lo preparo con ginebra para mejorar la fórmula.
Después totalmente sobrio pensé: ¿dónde podemos celebrar tan estupendo día? Lo de estupendo lo era para todos los sentidos. Tras un enero nada anticiclónico como no es natural, San Valentín decidió ayer corregir a los confusos meteorólogos. Pues fuimos a Navalagamella. Sobre tan curioso nombre ya tengo dicho algo:


"Buscando Navalunguilla perdida entre los montes de Ávila como está, preguntaba a Martina, sentada en el asiento de atrás del coche, como debe ser: ¿a dónde vamos? A Navalunguilla (bis). Con el ronroneo de Navalagamella del ínclito Javier Krahe nos divertimos hasta encontrar la primera. Conducir con niños problemático, qué va. Y mucho menos con niñas, incluida Iku-chan (http://kisaburo-es.blogspot.com/)".

¿Llegar hasta Robledo de Chavela un Via Crucis? (ver foto) ¡qué va! Pasada la autovía - pelotazo que han hecho hasta más allá de Brunete, el desvío lleno de curvas (y de moteros) es un placer, sobre todo para mi hija, que disfruta con cada una de ellas. Un anticipo de lo que nos esperaba a la entrada en un parque lleno de atracciones. No había cartel que indicara si era infantil o geriátrico. Como entre Martina y yo podrían mediar 2 generaciones, ante la duda, decidimos disfrutar los dos por igual.

Después Martina me propuso que compráramos una casa en el pueblo, lo más cerquita de donde estábamos. No me extraña que al haber nacido en pleno boom inmobiliario le parezca esto de las compraventas de lo más natural.


A cambio deje caer que una compañera de trabajo vivía en él: "Que suerte tiene", comentó. Ya ven, conversaciones muy típicas de hoy con una niña de 4 años.


Luego aquí no sé si me quería curar un chichón o que ¡diantres! se propondría:


A las dos previo vermú nos fuimos a comer. Y quien me iba a decir que disfrutaríamos de una fritura malagueña en mitad de la sierra de Navalagamella. Además a precios más malagueños que madrileños. Me acordé de que Javier Ortiz probablemente degustaría otra mucho mejor gracias al arte culinario de Charo.
Ayer escribió para la ocasión un precioso cuento: http://www.javierortiz.net/jor/apuntes. Le traslado desde Navalagamella un par de cuestiones al señor Ortiz:

1) Entonces, ¿es útil San Valentín, so pretexto de regalar flores?
2) ¿Se las hubiera mandado de no mediar cupidamente el Santo?
Me apuesto a que don Javier celebra sus aniversarios sentimentales el 10 de febrero con total ingratitud al ridículo San Valentín, no así Charo.

En mi caso yo debo más a Sant Jordi en el día del libro. Y eso que me encontraba a la sazón en otras remotas islas: Canarias. Tonteaba ya meses con una andaluza y ese día aproveché para regalarle una rosa roja. Debió consultar a sus amigas porque desconocía la costumbre catalana, hoy ya quasi-universal. A la noche se presentó en mi casa con un libro. Allí mismo lo leímos de pe a pa. Quiero decir de arriba a abajo, de costado, sentados, en todas las posturas conocidas, además de alguna que no conocíamos. Hasta no ha mucho leímos bastantes libros más. Yo últimamente he cambiado de literaturas. No sé ella.
Casi de noche, por fin, llegamos a Navalagamella. A la izquierda de la torre del reloj hay una callecita que se llama San Valentín. Hace esquina con la misma plaza y con una tan diminuta como encantadora taberna gallega. Ahí con sus interesantes moradores celebramos San Valentín.

Por supuesto que otro día hablaremos más de Navalagamella. Fue terreno devastado por la batalla de Brunete. Cuando pasamos por las fortificaciones que como mojones siembran la M-600 yo a Martina le explico que son pequeñas cárceles para niñas malas. Sé que no es ejemplo de buena educación, pero a mi hija le impresiona mucho y promete portarse bien al menos un rato. Cuando se anime a visitar Japón (de momento se considera pequeña. Como preparación la llevaré a la embajada, siguiendo un consejo del Krahe, ad exemplum filii de Miguel Tomás-Valiente) estos pedruscos milenarios de Nara me van a evitar de seguro las acostumbradas admoniciones. Echen un vistazo:

Tal vez sea demasiado acogedora, y a juzgar por las inquilinas, se trate de una prisión para adultos:

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Recuerdo ahora que Ikuko ya escribió St. Valentine's Day 2.14 con suficiente antelación.

5 comentarios:

  1. Al cuestionario público que le planteaba al señor Ortiz, sin entrar en detalles confidenciales -ya muy generosamente a través de su cuento se nos desnudó. Por suerte no de forma integral-; resumidamente y con gentileza que le agradecemos contesta:
    1) Entonces, ¿es útil San Valentín, so pretexto de regalar flores?
    2) ¿Se las hubiera mandado de no mediar cupidamente el Santo?
    Sí, San Valentín puede ser una excusa tan válida como cualquier otra, aunque la explote El Corte Inglés.
    La respuesta a ambas preguntas es "Sí".
    En cuanto a la apuesta sobre que don Javier celebra sus aniversarios sentimentales el 10 de febrero con total ingratitud al ridículo San Valentín, no así Charo: Pleno, me debe una cena, a poder ser en Navalagamella.
    Muchas gracias, Javier. Felicidades a los dos.

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  2. Tienes que venirte a Peguerinos para que hagas una entrada de este tipo.
    Allí los dos bandos enfrentados en del 36 al 39 siguen velando armas por si una nueva contienda se produce.
    Por algo la "batalla de Peguerinos" hoy olvidada, fue en su día ensalzada en todos los periódicos republicanos, frentepopulistas y milicianos, al ser el primer triunfo del ejercito legítimo frente a las tropas de los golpiltas, regulares y falangistas que hasta ese momento no habían encontrado apenas resistencia ni habían sufrido bajas ni prisioneros apenas.

    El frente quedó estabilizado durante toda la guerra en toda la zona, dejando para nosotros preciosos pateos de trinchera en trinchera.

    Aquí hay información al respecto:

    http://www.scribd.com/doc/5035778/Arqueologia-de-la-guerra-civil-en-Madrid

    Ahora con el buen tiempo podemos organizar un paseo histórico-campero de la mano de Tagüeña o cualquier otro de los que combatió por aquellas montañas.

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  3. Pues Otoski y Oto-chan: será un placer. ¿Que te parece si invitamos al ministro Bermejo? por si le apetece pegar unos tiros, así sea en plan nostálgico.
    Y si nos acercamos a Navalagamella, Javier Ortiz seguro que estaría también encantado.
    ¡Gracias a lectores tan curiosos como Ustedes me van a dar un premio al fomento del turismo interior!
    Por cierto, ¿has visto este nuevo comentario del Sr. Anónimo en otro post:

    manzana murio en el m73 de cancer en la ciudad capital de mexico sigue viva su hija maria 3 nietos y 8 visnietos su muerte fue de cancer .
    llego por veracruz y trabajo en mexico hasta su muerte sin haber contado con ningun tipo de pension y lo que es mas en varias ocaciones visito españa

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  4. Joder Blas, eso tienes que mandarselo a don Pedro de Paz para la segunda parte o ampliación de su novela. POdría incluso contactar con la hija y los nietos, de ser cierto el post.

    Lo de Peque es solo prepararalo con tiempo, lo mismo que lo de la "camella".

    Un abrazo

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  5. Como hipótesis literaria, amigo Otoski, no estaría mal, pero los datos son demasiado vagos e imprecisos y buscar referencias (en México, para más INRI) excede mis capacidades actuales. Además, no quiero que me acusen de "exprimir demasiado la ubre" :-D

    Abrazos,
    Pedro de Paz

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