jueves, 8 de abril de 2010

La Liga de los gitanos

Si detienen a una banda de balcánicos itinerantes los mass media nos contarán que se trataba de serbios, croatas o bosnios gitanos, o incluso alguna televisión erróneamente tirará del cliché de gitanos rumanos. Si otro itinerante, con el mismo apellido que algún miembro de esa banda, aterriza en el Camp Nou dispuesto a laurearse en la Liga de los Campeones... hablarán del sueco Ibrahimovic, a lo más nos ilustrarán de su origen balcánico, nunca gitano.
Los gitanos nacen para robar, ya lo dijo el mismo Cervantes.
Supongamos, ahora, que el delantero centro de más raza o casta de la selección española fuera gitano. Impensable, ¿verdad? Telmo Zarraonaindia Montoya, autor del más legendario gol de toda la historia de "la roja", pertenecía a eso que llaman la etnia gitana, al menos por parte de su madre Tomasa Águeda Montoya Salazar. (Algo sobre los gitanos vascos y su argot llamado erromintxela).
Pues de estos orígenes no nos enteramos por las narraciones épicas de Matías Prats, sino 60 años después por un artículo del New York Times (6-10-09) que cita este post de J. A. Muñoz "Los gitanos y el fútbol". El periódico neoyorquino, a propósito de los éxitos de la escuadra española se centra en la irrupción de un nuevo talento, el sevillano Jesús Navas y en los problemas de adaptación que sufre fuera de su ambiente familiar gitano. En ese contexto el periódico se hace eco de la numerosa relación de futbolistas gitanos que propone J.A. Muñoz mencionando algunos de los más ilustres, Eric Cantona, Hristo Stoichkov, Gheorghe Hagi o como antecedente español, Telmo Zarraonaindia, Zarra.
En la lista difundida por Internet hay quienes incluyen a Cristiano Ronaldo, habida cuenta la importante repoblación gitana en la isla portuguesa de Madeira. ¿Lo incluyen movidos por motivos de orgullo gitano o, por contra, ignominiosos?
En cuanto oímos en los medios hablar de una reyerta, damos por seguro, si no lo explicita la noticia, que se trata de una reyerta gitana. Cuando hablamos de las rutilantes estrellas de la Champions Ligue, Ibrahimovic, el hoy actor de cine Cantona (dirigido por Ken Loach y antes por Jean Becker) o el mismísimo Ronaldo, ¿añadimos también la cualidad de gitanos? O nos frotaríamos los ojos. Hasta ahora la única excepción de genio permitida al pueblo rom ha sido la del flamenco. Puede que como hasta ahora el apellido Ibrahimovic nos suene más a sueco que a gitano, ya que pertenece a un galáctico de la Liga de los Campeones. ¡Será por corrección política! Por eso mismo escribo hoy: "Día Internacional del Pueblo Gitano".

3 comentarios:

  1. Antonio Burgos. 4 de Febrero 2004. EL MUNDO

    Un gitano de Utrera

    Aquel flamencólogo que defendía los melismas payos de Pepe Marchena, odiaba el cante gitano andaluz de Antonio Mairena y que estará negro con las lágrimas negras de El Cigala, cuando se ponía a exaltar la superioridad de los flamencos blancos como un olivo sobre los que venden cal, decía, racismo puro:
    -- ¿Pero cuándo has visto a un gitano que sea piloto de Iberia?

    Pues estamos viéndolos ya. Me parece que en un avión ya he oído por el altavoz este saludo de un comandante:

    -- Buenos días, les habla el comandante Gabriel Ortega Heredia, y vamos a darle a esto un poquito de compás, ¡aire!

    La raza gitana está logrando unas metas de integración y de normalización ciudadana que debe enorgullecernos a los payos. Presumimos de antirracismo, pero hay auténticos guetos gitanos. No hablo sólo de los barrios de la marginalidad urbana, del chabolismo vertical de bloques que son nuevas cuevas del Sacromonte sin turistas ni zambra. Hablo de los guetos profesionales. Queremos mucho al gitano, sí, pero ofreciendo bolsos falsos de Vuitton en el mercadillo, trapicheando antigüedades, esquilando borricos o vendiéndonos lotería. En los papeles que les hemos asignado, como nuestros negros de andar por casa. De ahí el valor social de la conquista de los gitanos universitarios, que los hay. Este artículo mismo me lo ha dado hecho una gitana que es periodista o una periodista que es gitana, Mercedes García, con una carta en los periódicos sobre el fichaje de un gitano.

    Sí, han fichado a un gitano. ¿Que no es noticia que fichen a un gitano? Sí que lo es, porque al gitano no lo ha fichado la Policía, sino que lo ha fichado el Arsenal. El gitano se llama Reyes, José Antonio Reyes, y por fichar a este gitanito de Utrera, de la sangre de los Perrate, de Bambino, de Gaspar, de Fernanda y de Bernarda, el Arsenal ha pagado 35 millones de euros. Un jurdó importante, unos hallares que en su vida han ganado siete mil familias flamenquitas canasteras o de la fragua, la esclavitud laboral a la que condenamos a esa raza, por mucho que la llamemos "etnia gitana" en términos políticamente correctos. Ahora, ahora es cuando tenían que haber dicho lo de la etnia. Todo se queda en esos títulos así de gordos que ponen que "un individuo de etnia gitana apuñala mortalmente a otro". ¿Por qué entonces decimos que el asesino es gitano, y no ahora, cuando un club inglés ha pagado por un gitanito de Utrera más dinero que el Madrid por Beckham? Porque se sale de los esquemas. Con todo nuestro roneo de antirracismo, queremos al gitano con la navaja del romancero de García Lorca en la mano o en el banquillo de "Morena Clara", no preparando oposiciones a Judicatura, como hay algún calorró licenciado en Derecho. El peor racismo es que los periódicos no hayan dicho que el Arsenal ha pagado una millonada por fichar a "un individuo de etnia gitana" que tiene con la pelota todo el arte de Utrera y que lleva sangre de Reyes en la palma de la mano.

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  2. Gracias infinitas, querido amigo anónimo Otoski!
    Mientras redactaba la apresurada columna me acordé de ese chisporreante (¿se dice así)incidente cañí entre Luis Aragonés (¡el sabio de Hortaleza!)y Reyes, el gitanillo de Utrera. ¿Puede darse una escena más surrealista? El míster que llama a Reyes en petit comité y le suelta: ¿Tú te de vas a dejar comer por ese negrazo de Henry? No te llega a tí ni a la media suela. O algo así. Lo curioso del asunto, un castizo madrileño desafiando en plan cascada de racismo (aunque para el mister, qué va, eso no es racismo, es lo más natural). Pues nada tiene guasa, ¿a quién valoran peor los españoles que a un negro? Sin lugar a dudas, a un gitano. Por eso que tiene guasa. Al sabio de Hortaleza sólo le faltó apostillar: ¿quién se puede comer a ese negrazo de mierda? Pues un gitanazo de lan gran p.
    Bueno, no nos pongamos estupendos que decía Max Estrella. Si consiguió motivarle eso es lo importante. Pelillos a la mar. A los ingleses que tienen otra educación les sentó fatal, pero es porque perdieron...
    Otra cosilla que aprovecho para comentar, es el nombre de las operaciones policiales. La que comento en el texto me tocó de cerca, la bautizaron "Operación Yugoslavia". Cuando estaba por la Costa del Sol conocí otra más famosa, la "Operación malaya". ¿Es que había algún malayo, o malaya, de por medio? No creo recordar ninguno. No sé a qué obedece ese gusto policial por el exotismo de las antiguas novelas o folletines de kiosko. De lo que estoy seguro es que en Madrid no existe embajada de Malaisia, de haberla el humor amarillo de nuestros maderos no les habría hecho ninguna gracia.

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  3. De nada Blas, pero ya sabes que yo de futbol ni papa, y que el comentario en relidad me lo ha proporcionado mi compañero de curro y sin embargo amigo Alvaro, que de asuntos balompécos sabe un rato y en cuanto le pasé tu entrada se acordó del goleador calé. Mañana le enseño lo de Luis Aragonés, héroe mítico para un sufridor rojiblanco como él.

    Otoski

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