

Fue en Medina del Campo donde te encastillaste en el ¡mismísimo castillo de la Mota! En medio de una puesta de sol inconmensurable, quinientos años de la muerte de aquella reina católica que ahora se conmemoran, y tú joven descendiente heredas su España de cerrado y sacristía, como señaló don Antonio. Cómo olvidar su trémula carne aquella víspera de Santiago, nada que ver con la de la romería del poema lorquiano:
que yo me la llevé al río Fue la noche de Santiago (...) |
Tuvo que ser otra mañana, de ésas que uno se levanta cristiano apuntando a Santiago pero sin apuntar, la consagrada a buscar no ya la pulga de la Chelito sino la mosca en aquel manto de la virgen (ver portada) que me hace mucha más gracia que esa fotografía real de hace unos días
con la mancha infame del Santander cubriendo a la Pilarica.
Recordaba a la sin par colegiata toresana incendiada hasta el cimborrio por las luces de un atardecer lejano. Esta vez la belleza me venía esperando en su interior, el policromado Pórtico de la Gloria, ¡siglo XII!, y ya la hostia, dentro de la sacristía, la famosa tabla flamenca de dudoso autor, conocida como la Virgen de la Mosca.


Puede que la atracción imborrable resida entre dos almas a medias gemelas y sin embargo sin comunión. Descartado Toro, bajamos del castillo de la Mota, sentados en un banco en medio de la plaza más grande de Castilla, junto al monumento a la allí naciente letra de cambio. Las horas del reloj sentidas como un peso innegociable. Cuántas afinidades nos unen desde hace tanto pese a tu insultante juventud y cuántos muros en silencio nos contemplaban desde aquel suelo, recuerdo de oficios medievales para la posteridad inscritos en placas de latón. Como niños los recorrimos y los imaginamos. Con la emoción compartida y enturbiada por el fantasma de tu religión. Hubiera preferido pasar la noche solo. Te fuiste al alba. Con la frialdad de la mañana, con mi frialdad seguí hacia Toro. ¿Qué pensabas, no fue idea tuya? Tú mezclaste la virgen de la mosca y el vino del país. Si se consagran las liturgias con la sangre de Cristo, al menos eso nos hacen creer los curas mientras se trasiegan un buen riojilla, yo escuché promesas de nuestra sangre hecha vino toresano y concordia. ¡Ay, este corazón pagano te prometió repetir otra noche con "la luna doble de tu pecho"! Ahora lo sé que invoqué al pecado. Y te dejé marchar para siempre. Apenas eran las seis, ya sé que los dos dormimos poco. Escuchamos los primeros trenes rumbo a Madrid, o rumbo contrario. En uno montaste tú, yo cogí el rumbo contrario. Quisiera olvidar tu cuerpo de vestal romana, quisiera olvidar tus pechos redondos más blancos que la leche, quisiera olvidar tu belleza tan clásica, esa piel que huele a pureza, la misma que me recibe y se resiste, quisiera olvidar esa palidez que en la noche resplandece junto a tus cabellos desmadejados por estas manos parsimoniosamente, hebras de oro de ley, quisiera olvidar esa otra noche...

de punta a punta esta ciudad:
no siempre hay rosas en Granada.
Y decidiste proseguir
en tu aventura de encontrar
la rosa azul, la más preciada.

Las relaciones entre España y el Vaticano sufrieron un impasse con la República. La Iglesia perdió todos sus privilegios. Con el nuevo Concordato de 1953 se plasmó el apoyo de ese estamento al general Franco durante la guerra iniciada en el 36. Prebendas: vista ciega a lo que hicieran con su patrimonio. Con la "renacida" democracia allí por 1977 la Iglesia conservaba el 72% de sus recursos gracias al Estado. Los acuerdos de 1979 obligaban a esta secta de tanto calado a catalogar sus bienes e impedir cualquier clase de pérdida.
España junto a Italia guardan los mayores tesoros artísticos, con la diferencia de que allí se aprecian y aquí poco menos que se lamenta. Pasemos por alto la Guerra de la Independencia, los improbables lector@s que hayan llegado hasta aquí me lo agradecerán. ¡Ah, por mor de la Ley de la Memoria Histórica no puedo hacer lo mismo con lo pasado durante la Guerra de 1936, llamada "Civil"! "civil, pues, menos mal, oiga". Thomas Harris, agente secreto británico, trasladó ilegalmente de las Baleares a Inglaterra numerosos cuadros y donó al British Museum una valiosa colección de obras de Goya obtenida, según todos los indicios, de manera ilegal.
Tras la Guerra Civil, sigo con el reportaje citado, el comercio ilegal de obras de arte procedentes de España aumentó de manera alarmante. Dice el periodista, "la desinformación de muchos párrocos, les llevó a venderlas para lucro personal, para atender las necesidades de su parroquia, o para emprender mejoras en los templos". Ay, ay, ay, ay, ay, ay, en 1946, vendieron una Santa Casilda en el palacio arzobispal de Granada, el dios Pan escuchando tocar el arpa a Apolo, etc.
Regresemos, la vista ciega. Las prebendas del Concordato de 1953 facilitaron las ventas ante el escaso control que ejercía el Estado sobre el patrimonio Nacional. Ermitas, iglesias, monasterios, colegiatas, conventos, oratorios, cenobios, capillas y catedrales eran presa de coleccionistas y anticuarios de toda Europa, que se les hacía la baba ante todo lo que aquí se despreciaba. Era este escribidor quinceañero cuando supo del robo de la arqueta de Bañares, (entonces provincia de Logroño) una pieza románica esmaltada del siglo XII, entre las más valoradas de Europa.
(Continuará).
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*Un sabio lector, o más probablemente lectora, me ha hecho ver que la juventud toresana es zamorana y no leonesa. Mi respuesta ha sido igual de amable, pero sin cambiar nada. La juventud toresana y zamorana es también leonesa, castellana, española, europea y terrícola, por ese orden. Gracias. Aprovecho también para desear al autor de esa maravilla que es "Piero della Francesca" y de la preciosa balada "Paréntesis", aquí maltratadas como de costumbre, su pronta recuperación. !Ay, Javier, mira que hacer alpinismo a las cinco de la mañana!