martes, 17 de febrero de 2009

El libro azul de Carlos Aguilar


Cuando vimos el filme de Mishima dejamos sueltas varias cerezas, si no recuerdo mal: comentar la peli, hablar de Mishima o del director Schrader, incluso desarrollar más lo siguiente (entresaco del post del otro día http://sakurambotsumamu.blogspot.com/2009/02/mishima-de-schrader.html):
Cuando volvimos a casa, cogí el diccionario de cine de Carlos_Aguilar, a ver que decía del filme. Leí en voz alta:
"Uno de los mayores fracasos del cine de los años 80, que aborda de forma tan simplista como equívoca la figura del escritor Yukio Mishima, y cuyo metraje sufrió sucesivas reducciones. Los eruditos en materia cinematográfica, eso sí, pueden anotar las referencias que aquí existen respecto a previos trabajos de sus artífices, desde los productores Lucas y Coppola, hasta el músico Philip Glass o el propio director Schrader."

Compré sucesivas ediciones de esa guía al propio autor a precio de coste. Así lo teníamos convenido. Me llevaba su tocho a la Filmoteca (ambos residiamos cerca), le invitaba a unas cañas, le pagaba su módico precio y hasta la siguiente edición, pues felizmente para él han sido muchas. Más adelante, coincidimos alguna vez en el festival de Benalmádena cuando yo vivía no muy lejos de ahí. Me dedicó alguno de sus libros, gentileza que le agradezco aunque creo recordar que yo sólo se lo pedí para mi sobrino. No tengo por costumbre coleccionar autógrafos ni soy nada fetiche. Si me permiten ponerme hondo les diré que son otras huellas las que busco.
Pues bien, una de las dedicatorias decía más o menos (ese libro también lo regalé) con aguda penetración:
A Blas, barojiano, filósofo y tal vez algo más por el estilo. Es cierto que al donostiarra y remoto paisano mío (sus antepasados tuvieron su primera botica en Haro, después en Oiartzun y finalmente en Donostia) le frecuenté sobre todo en mis años malagueños: la inquina que el insigne novelista tenía por los meridionales me hacía sobrellevar mi propia incompatibilidad con sus gentes. Es posible que apenas llegado a Madrid Carlos Aguilar notara mi "barojianismo".
Con espíritu barojiano continuaré estas líneas:
Carlos Aguilar es un personaje digno de figurar en la galería de tipos de la época que en sus memorias compuso don Pío. Según me confesó vivía de los derechos de su magna y costosa guía. La misma venía ampliándose año tras año, habida cuenta el mayor interés por la literatura cinéfila o lo que viene a ser lo mismo su crecimiento editorial. En cuanto a su vida debía de ser austera y convivía con su madre o bien cerca.
Se dedicaba y se dedica a atender las invitaciones a festivales o eventos del género. Y a colaborar y escribir en cuantas obras le reclamen. Se especializó en Sergio Leone y el western de forma un tanto aleatoria. Lo llamaron para un coloquio en Roma donde tuvo que conducirse de forma heroica debido al total desconocimiento de la lengua de Dante y Petrarca. "Me dijeron si me manejaba en italiano, naturalmente les dije que sí..." Y no parece que le haya ido mal.

La guía del cine de Carlos Aguilar editada por Cátedra ha conocido numerosas ediciones y reimpresiones a lo largo de los últimos decenios. En su día acogió un instrumento muy útil procedente del mercado anglosajón. Incluye más de 23.500 entradas correspondientes a otras tantas películas. ¿Cuántas vidas harían falta para verlas todas? A pesar de ese límite humano es admirable la coherencia que mantiene en sus criterios de valoración, a menudo sumarísimos e implacables con directores como Garci, con el que no muestra piedad alguna. Lo pongo por ejemplo porque en una ocasión se lo comenté:
- Una vez se acercó a mí. Con soniquete me dijo: “así que tú eres el del libro azul…”
El oscarizado director prepara nuevo programa de cine para Telemadrid. Sería toda una sorpresa ver a Carlitos entre sus invitados. Me da que aún se la tendrá guardada. Aunque pocos historiadores del cine encontrará con una memoria tan vasta como la suya.
A mí su guía cuando tenía por tele la vecina Filmoteca me ha ahorrado un buen número de sesiones. Ahora que si he acertado con su “consejo” o no es cosa de la que no debo quejarme.
Desconozco si prepara una nueva reedición. Por las fechas que son ya le tocaría una más. Son evidentes las mejoras de formato y las positivas adaptaciones a los nuevos tiempos. Todo es poco. Antes de las posibilidades que ofrece Internet era una obra mucho más valiosísima. Por mi parte no veo qué consejos darle. Seguramente, Carlos Aguilar conoce otras guías de otros países, como es el caso de Italia. En el país del neorrealismo se sigue editando más de una: la famosa Mereghetti lo acaba de hacer y tiene muchos adeptos. A mí este señor me resulta bastante o demasiado academicista. Puede que a veces con una ideología tirando a conservadora. En su haber: unas fichas completísimas con datos a menudo muy ilustrativos y citas textuales de juicios críticos. Su obra se vende en un estuche de 2 tomos, siendo el segundo exclusivamente una relación de índices.

En fin, acabo de pillar in extremis su web http://www.carlosaguilar.net/. A juzgar por ella parece que le va aún mejor, de lo cual me alegro. Aquí le vemos nada menos que con Jim Jarsmusch y Anita Haas, su esposa desde 2007, en el Cine Doré/Filmoteca Española en ese mismo año.


(Redactado mientras oía música salida de este blog http://ituria.blogspot.com/. Divina, entre ellas, mi grupo idolatrado de juventud Genesis! El autor del blog, un berciano al que no tengo el gusto de conocer, ha colgado mi anterior post sobre Navalagamella y otras de mis afinidades).

1 comentario:

  1. Rectificar es de sabios?
    Tenía un maestro que si lo hacía él decía que sí, pero si éramos los alumnos los sabios rectificadores nos trataba de borricos. Debía ser porque sumados el conjunto de errores de uno y otro bando francamente le superábamos. No tres al mohíno sino treinta y tres.
    Carlos Aguilar ha tenido el detalle de señalarme algún “error objetivo de bulto” como éste:
    “¡decir que me especialicé en Leone y el Western europeo de modo "aleatorio"!
    No dejes que la realidad te estropee una buena noticia, no dejes que la verdad te estropee un buen artículo. En mi caso amparado en brumosos recuerdos de lo que él mismo me relató de sus inicios.
    He también de aclarar algunos aspectos, además de agradecerle que caballerosamente elogie mi buena escritura.
    - La culpa la ha tenido, como ya advertía en el propio texto, el impío Baroja al tratar de imbuirme de su espíritu barojiano a la hora de contar y remedar su Galería de tipos de la época. Repleta no de freakis, sino principalmente de: Unamuno, Blasco Ibáñez, Corpus Barga, Gómez de la Serna y Arniches. Sólo al final complementaba su galería con tipos extraños.
    Y no es que con ellos aplicara ironía sino su juicio más grueso y arbitrario.
    Castigado Baroja, añado:
    - Carlos Aguilar se merece una mayor presencia en nuestros medios y en parte el reconocimiento, que pasadas nuestras fronteras ya tiene, y aquí le falta.
    Gracias a su ingente labor recopilatoria para su guía del cine consiguió en la década anterior o antes ser un profesional que vive de esto con honestidad e independencia. Se trata de cualidades que por su rareza conviene destacar. Otros colegas probablemente disfruten de más prestigio a costa de haber renunciado oportunamente a ellas.

    ResponderEliminar