domingo, 25 de marzo de 2012

2 La vida sigue.



...Y los caminos como los ríos fluyen, se juntan o se dispersan.
No tengo muchas ganas de hablar. Prefiero que lo hagan las fotos. Como ese álbum familiar que se despliega ante el asentimiento fingido de los visitantes. Ustedes son mis invitados, pero no están obligados a mostrar interés ni a prolongar su visita.
En cambio, tal vez yo deba al menos poner el pie a las fotos, para que las fotos no vayan descalzas ni desvalidas.
Estamos en mi tierra. Por el norte llamamos mi tierra y abusamos ad nauseam de esta expresión) al lugar donde hemos nacido como si nos perteneciera. Por eso a los demás se les llama forasteros, y no hablamos de inmigrantes, sino de vecinos de apenas unas leguas.
En la foto de portada se aprecia la entrada a la Rioja del camino de santiago -antes vía romana- por el interior vasco. Caminos que llevan a los espejos del Ebro y al fondo la cordillera ibérica con las sienes blancas, qué pena que la cámara las funda con las nubes amenazantes.
Desde Salinillas de Buradón ("EUSKAL HERRIA ESCONDIDA: La única iglesia paleocristiana")
nos proponiamos enmendar el cerrado meandro que traza el Ebro nada más entrar en la Rioja entre apreturas de riscos que corta. Y lo haríamos como pájaros volando por sus estribaciones.

Menos mal que contábamos con la lección de la profesora Martina para el aterrizaje:

Al bajar a Briñas pasamos por el crucero y humilladero, propios de las afueras de las poblaciones, y que hoy en los viajes fugaces con turismos pocas veces se repara en ellos:

En fin, vale por hoy. Más adelante el Ebro, comme le vent nous emporterá!

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Excursus. Obituario. Ha muerto Antonio Tabucchi. Desde aquí le dedico un recuerdo. Cuando estuve en el instituto italiano llegué a verle y luego hablar con él unas cuantas veces. Voy a pararme en una bastante especial por varios motivos. Fue a inicios del año 2000 en Burgos. Compartimos un fin de semana en el Hotel Castilla de la Avda. de Madrid. El que lo cuenta, un servidor, asesoraba a una organización gitana en asuntos jurídicos y también a la sazón en el premio literario que otorgaba. Ese año el premio Hidalgo, que así se llamaba se lo dimos a Tabucchi en demérito del premio nobel Saramago. Antes lo habían obtenido entre otros Juan Goytisolo, muy receptivo con la minoría gitana y Günter Grass, que también nos visitó en alguna ocasión. Como valedor de Antonio, destaqué primero que sus pequeñas novelas, relatos o cuentos manejaban un italiano muy sonoro y rítmico que a mí frecuentemente me hacía repetir gustoso, y a veces abrumado, su lectura. Pero es que además como articulista político mantenía un nervio encomiable. Desde la revista Micromega de Paolo_Flores_de Arcais , dedicó una carta al presidente de su república en plan el Cid de la jura de Santa Gadea (perdonadme la licencia pero evoco Burgos) que en nuestro país no he visto a nadie emular, y mira que nuestro jefe de estado y toda la corte política ¡desde hace más de 40 años nos lo ponen fácil!
Y luego había escrito un librito/reportaje sobre la persecución de los gitanos en Florencia que le concedió el honor de ser nombrado persona non grata por el alcalde de Florencia. En él con ese humor cáustico que luego conocí se reía de la cerrada oligarquía de la capital toscana e ironizaba con los convites de sus jerarcas y pasarelas de moda mientras echaban tierra sobre la periferia de los campos gitanos y perpetuaban el caos de una ciudad causante del síndrome de Stendhal a los turistas, pero que el toscano Tabucchi califica de vulgar, ruidosa, sucia y contaminada para sus ciudadanos en una desatrosa parodia de "La Bella y la Bestia".
Pero, lo que tenía que decidir la balanza a favor de Tabucchi era una polémica que por entonces mantuvo en Portugal con Saramago acerca de la bondad de la lengua portuguesa para sus colonias. Mañana os la contaré.
Hasta tanto sigo en Burgos recordando esto que ya dejé por ahí algún año más tarde:
"... al pasar por el arco de Santa Maria, no muy lejos de la que fue residencia del caudillo, yendo al teatro en una noche gélida, Antonio Tabucchi con grito nostálgico evocó una canción de guerra republicana:

Si me quieres escribir
ya sabes mi paradero,
en el frente de Gandesa
primera línea de fuego."

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