lunes, 19 de noviembre de 2012

Iba yo a comprar el pan...

Iba yo a comprar el pan, que deciá el Umbral, y va y me atropella un coche. Lo malo no fue que he terminado en el hospital, lo malo es que al poco me llama el vecino diciendo que la policía acaba de pasarse por mi casa y que como no estaba le han preguntado a él si sabía algo. El no sabía nada, pero yo estoy metido en un buen lío. La pareja de maderos llevaba una semana visitándome varias veces al día por culpa de un arresto domiciliario que debía cumplir. Lo podía haber evitado por una simple multa, aunque me dije, coño, si yo me paso todo el día en casa pa que la voy a pagar. No contaba, claro, con la puta manía que tengo de bajar todas las mañanas a comprar el pan.

2 comentarios:

  1. Blas, caramba, menuda historia, la calle no es segura, pero esas visitas... ¿te llegó mi mensaje? un saludo muy cordial

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    1. Como dice el amigo Krahe de sus canciones este breve relato es también ficticio, como la fémina de la foto, aunque está basado en hechos reales. Hay que ver las cosas que les pasa a la gente por no quedarse en casa, como mandaba mi tocayo Pascal y como les manda la autoridad judicial. Pero ya sabes, esa misma gente que nunca baja al perro en su casa,justo lo hace cuando no debe o un minuto después de atender a la policía que llamó a su timbre, olvidando que estos como el cartero que siempre llamaba dos veces, te está esperando las vueltas.

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